¿Qué son los costes de producción?

Qué son los costes de producción

También reciben el nombre de gastos operativos y los podemos definir como todos aquellos a los que debe hacer frente un negocio para llevar a cabo su actividad. Dentro de ellos, debes distinguir dos grandes categorías. Por un lado, lo que se conoce como costes directos y, por otro, los indirectos. Ambos están estrechamente ligados a la producción, pero no todos ellos dependen del número de unidades fabricadas o comercializadas.

Costes directos

Cada producto o servicio que proporciona una empresa tiene unos gastos inherentes a su fabricación y aquí es donde entra en juego este tipo de costes. Así, si la empresa deja de producir durante un tiempo determinado, ese valor se quedaría en cero. Por ejemplo, en el caso de un coche habría que contar con toda la mano de obra directa que es necesaria para su fabricación. También debes añadir la materia prima que hay que comprar a los proveedores para terminarlo (aluminio, acero, caucho, etc.).

Además, existen otros costes que tienen una parte directa y otra indirecta. Es el caso de los suministros, como la luz o el agua. Y es que, aunque se produce un consumo al fabricar, también se abona una cuota fija por el simple hecho de disfrutar de su uso o en concepto de tasas e impuestos.

Costes indirectos

Pero no todos los gastos dependen exclusivamente de los productos fabricados o de los servicios ofrecidos. Existen otros costes que la empresa tiene que soportar, pero que no guardan una relación directa con cada unidad que se produce o comercializa. De hecho, incluso si durante un momento determinado se paraliza la producción, su coste permanece inalterado. No obstante, resultan vitales para poder llevar a cabo la producción, ya que sin ellos no sería posible trabajar.

Aquí se contabilizan todos los gastos indirectos, como por ejemplo el alquiler de las instalaciones o impuestos como el IBI, la tasa de basuras, etc. Aunque no dependen del número de unidades fabricadas o de servicios que se venden, se tienen que incluir. Son imprescindibles, entre otras cosas, para calcular valores relevantes, como por ejemplo el coste unitario.

Cómo se calculan los costes de producción

Ahora que ya sabes qué son los costes de producción, es el momento de entender la forma de calcularlos. Es una fórmula muy sencilla: para hacerlo, tan solo tienes que anotar en dos columnas todos los gastos directos y los indirectos. Posteriormente, se suman entre ellos para obtener el resultado final. La fórmula es la siguiente:

Costes de producción = Gastos directos + gastos indirectos

El cálculo del coste unitario

Antes de realizar la operación del gasto derivado de cada unidad fabricada, es necesario que, previamente, calcules el valor de los costes de producción. Además, es imprescindible conocer o estimar, en caso de que quieras hacer una previsión, la cifra total de las unidades vendidas o los servicios que ha comercializado la empresa.

Una vez se dispone de toda la información, para calcular el coste unitario tan solo hace falta dividir el valor de todos los costes de producción por el número de unidades producidas o comercializadas. Esta es la fórmula:

Gasto unitario = Costes de producción / Unidades producidas

Por qué es importante conocer los costes de producción de una empresa

​​​Saber cuánto dinero está gastando un negocio en la fabricación de sus productos o en la venta de sus servicios es fundamental para garantizar su operatividad y poder tomar decisiones sobre el rumbo del negocio. Conocer los costes de producción afecta directamente a varios departamentos de la empresa y, por supuesto, tiene un gran impacto en sus cuentas anuales. Así, que vamos a ver algunas de las utilidades que proporciona conocer con precisión este dato. ​​​​

Control de precios

Como ya explicamos al inicio del artículo, saber cuál es el coste de producción permite conocer con una gran exactitud el margen con el que cuenta la empresa con cada unidad que vende. Además, el cálculo del gasto unitario ofrece una visión mucho más fiable. Gracias a ella, puedes descubrir aspectos tan importantes, como por ejemplo el umbral de rentabilidad o punto de equilibrio. Esto es, la cifra a partir de la cual la producción de un determinado producto ofrece beneficios a la empresa. Por debajo de ese umbral, incluso si los costes directos son muy bajos, estarías perdiendo dinero.

Esto es crucial, ya que en épocas en la que las ventas caen o en las que los costes se disparan, se podría incurrir en pérdidas con cada bien o servicio que se factura. Por otro lado, las fluctuaciones de la materia prima son habituales y las debes tener en consideración. Es especialmente importante si debes importarlas del extranjero o si cotizan en los mercados secundarios.

Identificación de áreas de mejora

Una vez que se conocen todos los gastos operativos asociados a la producción resulta mucho más fácil encontrar aspectos en los que es posible ahorrar dinero. Además, este recorte se puede obtener tanto en los costes directos como en los indirectos. Una de las primeras situaciones en las que es posible reducir el gasto es en los recursos que se destinan a cada tarea.

En ocasiones, existe un exceso de mano de obra directa que puede dedicarse a otras áreas estratégicas del negocio para mejorar su eficiencia operativa o simplemente para mejorar el reclutamiento de nuevos efectivos en la empresa. En otro orden de cosas, una alternativa podría ser la inversión en nueva maquinaria que optimice el trabajo de los efectivos en la cadena de producción. Esta propuesta a largo plazo resulta muy beneficiosa.

También es bastante habitual el hecho de pagar sobrecostes por las materias primas. Esto se debe, sobre todo, a contratos obsoletos cuyos precios se encuentran por encima de lo que el mercado ofrece en el momento actual. Asimismo, los suministros o los precios que se abonan por los alquileres o el renting de instalaciones y maquinaria pueden verse afectados por este hecho.

Un ejemplo de esto lo encontramos en lo sucedido tras la pandemia de Covid-19 o durante la guerra de Ucrania. Ambos eventos hicieron que los costes de combustibles y de electricidad llegaran a niveles nunca antes vistos. En consecuencia, estos pequeños detalles suponen un porcentaje relevante de los costes totales. Por tanto, con la optimización de la producción logras un ahorro significativo que ofrece un mayor margen a la empresa en tiempos inciertos.

Mejorar la competitividad

No siempre incrementar el margen es la mejor opción. También tienes la posibilidad de optar por una estrategia más agresiva en la que tome protagonismo una reducción de precios. A largo plazo, esto facilita la captación de nuevos clientes, que incrementa la cuota de mercado al que tiene acceso la empresa.

Por otra parte, además, aumenta la presión sobre otras empresas rivales, que se verán obligadas a copiar la estrategia. Sin embargo, al verse forzadas e improvisar, es fácil que no hayan elaborado una correcta planificación y les puede causar problemas. La razón es porque, si no se cuenta con un precio de venta adecuado, se pierde dinero o, como mínimo, las cuentas anuales se resentirán. Todo esto es una consecuencia directa de la mejora de la competitividad y afecta directamente al resto de empresas del sector.

Toma de decisiones más fácil

Contar con información actualizada sobre los costes de la materia prima o los suministros hace más sencillo el trabajo a los directivos de las empresas. Y es que, además de estrategias como las mostradas previamente, te permite planificar de un modo más preciso incrementos de la producción. Asimismo, es relevante para saber cómo afectará a los costes de la empresa el lanzamiento de nuevos productos o servicios. Esto es lo que se conoce como los costes marginales. Para su cálculo, es necesario conocer antes los costes totales de producción.

La teoría de costes marginales se basa en la idea de que incrementar la producción siempre resulta más económico, al menos, hasta el punto en el que no se deba incurrir en nuevos gastos. Esto se debe a que los costes indirectos siguen siendo los mismos y se logra reducir los costes unitarios de cada producto o servicio que comercializa la empresa. Esto repercute, todavía más, sobre su competitividad en el mercado.

Cómo ayuda un ERP al control de costes

Contar con un sistema de planificación de los recursos empresariales hace mucho más fácil la gestión de los gastos de una empresa. Te mostramos algunos de los beneficios directos que proporciona la implementación de este tipo de herramientas a los negocios:

Automatización de procesos

Muchas de las tareas cotidianas se ejecutan de forma autónoma si se dispone de un software ERP. Esto ocasiona que no sea necesario contar con empleados para este tipo de trabajos, que se pueden dedicar a otras áreas y funciones mucho más estratégicas para la empresa y satisfactorias para ellos.

Además, desaparece el riesgo de que se produzca un error humano. En este caso, toda la responsabilidad recae sobre el algoritmo encargado de realizar la tarea.

Integración de datos

Muchos negocios todavía emplean varios programas especializados para cubrir diversas necesidades específicas. Hablamos de programas de facturación, para llevar el inventario, gestión de pedidos, etc. En ocasiones, esto se convierte en un grave problema, ya que ralentiza el día a día en el almacén y es más propenso a los fallos.

En cambio, integrar todos estos procesos en una sola herramienta ahorra mucho tiempo. Además, te permite disponer de información actualizada y precisa de las distintas áreas de la empresa en un solo lugar. De este modo, es más sencillo saber cuáles son los costes y facilita a los empleados conocer en todo momento cómo afecta cada uno de los gastos al cómputo total.

Gestión del inventario

Disponer de materias primas o mercancía suficiente en el almacén es vital para que no pare la producción y para que las ventas no se resientan. Sin embargo, no siempre resulta fácil estar atento al estado del inventario. Esta situación es especialmente grave cuando se trabaja con una gran cantidad de referencias distintas.

Los programas ERP hacen mucho más fácil esta tarea. Incluso, son capaces de realizar los pedidos necesarios de forma automática para que siempre haya existencias en el almacén. Tan solo es necesario fijar unos baremos mínimos para que el software los tenga en cuenta. Así, los gastos indirectos no incrementan el precio unitario de manera innecesaria.

Otra de las ventajas tiene que ver con el personal en el almacén. A este se le facilita el trabajo gracias a la capacidad del programa ERP para anotar en qué lugar se almacena cada producto. No es necesario perder tiempo haciendo el picking o buscando el sitio correcto en el que se encuentra. Incluso si la mercancía se cambia de lugar, el uso de sensores IoT permite conocer el punto exacto de la nueva ubicación.

Análisis y creación de informes

Obtener informes detallados sobre diferentes aspectos del negocio, como la producción o los costes a lo largo del tiempo, facilita el trabajo de los directivos de la empresa. Los sistemas ERP son muy útiles para analizar la información. Este tipo de herramientas recibe una cantidad de datos significativa que, posteriormente, puede ser interpretada por el personal. De este modo, se pueden encontrar áreas de mejora en los costes o identificar tendencias y patrones que indiquen la necesidad de introducir cambios en los precios.

Como hemos mostrado, el coste de producción es fundamental para mantener bajo control todos los gastos de las empresas. Asimismo, es útil para mejorar la toma de decisiones o la competitividad. En ​​Cegid contamos con un software ERP que te ayudará a gestionar los gastos de tu negocio de un modo muy sencillo e intuitivo. Ponte en contacto con nosotros y te asesoraremos con una solución adaptada a tus necesidades.